19.12.06




¿Juego de niños o problema serio?
Diferenciando un simple juego de niños, del acoso escolar.
Por: Redacción 787 Magazine


"¡Libre, oh, libre.
Mis ojos seguirán
aunque paren mis pies!".


"Hondarribia fue mi vida
mi tesoro y mi altar.
Son mis ojos hoy dos perlas
que se adentran en su Mar.

En su Cielo plateado
una Luz fulgura allá
es mi estrella, soy 'Nik, Jokin'
esplendor de Dignidad".

"Ni el silencio del cordero,
ni la injusta impunidad
pondrán fin al Inocente.
Si juntamos nuestra voces,
si apretamos nuestras manos,
nuestros pasos en tus ojos seguirán"


Estas fueron algunas de las últimas palabras que dejó escritas Jokin Zeberio, de 14 años, antes de suicidarse, tirándose al vacío con su bicicleta, desde
lo alto de la muralla de Hondarribia,País Vasco, España, en septiembre de 2004. Jokin venía sufriendo el acoso de sus colegas desde hacía años.
Las continuas amenazas, humillaciones, insultos, golpes, palizas, lo hicieron
sufrir y lo llevaron a la muerte. El hecho hizo sonar la alarma social, política
y educativa, y ha generado múltiples debates. Pero, lamentablemente, no
frenaron el fenómeno. Estoy hablando del acoso escolar. Esto ocurrio en España, pero aquí en nuestra Isla del Encanto, también puede suceder.

A diferencia del "mobbing" o acoso laboral, el acoso escolar ocurre en las escuelas. Como se trata, en su mayoría, de un acoso "invisible" para los adultos, los profesores
difícilmente tendrán conocimiento de lo que está sucediendo.
El agresor acosa a la víctima en los baños, en los pasillos, en el comedor, en el patio, reservando sus acciones durante la ausencia de mayores. En algunos casos, el acoso sobrepasa las paredes del colegio, pasando a ser telefónico e incluso por correo electrónico.

El bullying puede ser sexual, cuando existe un asedio, inducción, y abuso sexual; puede tratarse de una exclusión social cuando se ignora, se aísla y se excluye
al otro; puede ser psicológica, cuando existe una persecución, intimidación, tiranía, chantaje, manipulación y amenazas al otro; y puede ser física, cuando se golpea, empuja, se organiza una paliza al acosado.

El victimario

Normalmente, el agresor tiene un comportamiento provocador y de intimidación permanente. Posee un modelo agresivo en la resolución de conflictos, presenta dificultad
de ponerse en el lugar del otro, vive una relación familiar poco afectiva,
y tiene muy poca empatía.
Según los expertos criminalistas y psicólogos, un niño puede ser autor de bullying cuando solo espera y quiere que hagan siempre su voluntad, cuando le gusta probar la sensación
de poder, cuando no se siente bien o no disfruta con otros niños, si sufre intimidaciones o algún tipo de abuso en casa, en la escuela o en la familia, cuando es frecuentemente humillado por los adultos, o cuando vive bajo constante presión para que tenga éxito en sus actividades. Los agresores ejercen su acción contra su víctima de diversas formas: les golpean, les molestan, provocan, acosan con empujones y golpes, les nombran de una forma desagradable o despectiva, les generan rumores, mentiras o chismes, les aíslan del grupo,
les ofenden y les anulan.


La víctima

Habitualmente, son niños que no disponen de recursos o habilidades para
reaccionar, son poco sociables, sensibles y frágiles, son los "esclavos"
del grupo, y no saben revidar por verguenza o por conformismo, siendo muy
perjudicados por la amenazas y agresiones.

Las causas

En general las causas o factores que lo provocan suelen ser personales, familiares y escolares.

En lo personal, el acosador se ve superior. Bien porque cuenta con el apoyo de otros atacantes, o porque el acosado se trata de alguien con muy poca capacidad de responder a las agresiones. El acosador lo que quiere es ver que el acosado lo está pasando mal.

En el terreno familiar, el origen de la violencia en chavales puede residir en
la ausencia de un padre o la presencia de un padre violento. Esa situación
puede generar un comportamiento agresivo en los niños y llevarles a la
violencia cuando sean adolescentes. Además de eso, las tensiones matrimoniales,
la situación socioeconómica o la mala organización del hogar,
también pueden contribuir para que los niños tengan una conducta
agresiva.

El bullying puede darse en cualquier tipo de escuela, publica o privada. Mayormente ocurre en escuelas publicas de nivel intermedio a superior, pero según algunos expertos, cuanto más grande es el centro escolar más riesgo de que haya acoso escolar. Claro que a eso hay que añadir la falta de control físico y de vigilancia. En los pasillos debe haber siempre alguien, profesores o cuidadores, para atender e inspeccionar a los alumnos. Aparte de eso, el tratamiento que se da a los alumnos es muy importante. La falta de respeto, la humillación, amenazas o la exclusión entre personal docente y alumnos llevan a un clima de violencia y situaciones de agresión. El colegio no debe limitarse solo
a enseñar, pero debe funcionar como generador de comportamientos sociales.

En resumen, las causas del bullying pueden residir en los modelos educativos a que son expuestos los niños, en la ausencia de valores, de límites, de reglas de convivencia; en recibir punición o castigo a través de violencia o intimidación y a aprender a resolver los problemas y las dificultades con la violencia. Cuando un niño está expuesto constantemente
a esas situaciones, acaba por registrar automáticamente todo en su memoria, pasando a exteriorizarlo cuando vea oportuno. Para el niño que practica el bullying, la violencia es apenas un instrumento de intimidación. Para él, su actuación es correcta y por lo tanto, no se auto condena, lo que no quiere decir que no sufra por ello.

Las Consecuencias

El bullying no entiende de distinciones sociales o de sexo. A pesar de la creencia extendida de que los centros escolares situados en zonas menos favorecidas son por definición más conflictivos, lo cierto es que el bullying hace su presencia en casi cualquier contexto. Respecto al sexo, tampoco se aprecian diferencias, al menos en lo que respecta a las víctimas, puesto que en el perfil del agresor sí se apreciapredominancia de los varones.

Para la víctima
Las consecuencias del acoso escolar son muchas y profundas. Para la víctima de acoso escolar, las consecuencias se hace notar con una evidente baja autoestima, actitudes pasivas, trastornos emocionales, problemas psicosomáticos, depresión, ansiedad, pensamientos suicidas, etc. También se suman a eso, la pérdida de interés por las cuestiones relativas a los estudios, lo cual puede desencadenar una situación de fracaso escolar, así como la aparición de trastornos fóbicos de difícil resolución.

Se puede detectar a una víctima de acoso escolar por presentar un constante aspecto contrariado, triste, deprimido o aflicto, por faltar frecuentemente y tener miedo a las clases, o por tener un bajo rendimiento escolar. Aparte de eso también atinge al plano físico presentando dificultad para conciliar el sueño, dolores en el estómago, el pecho, de cabeza, náuseas y vómitos, llanto constante, etc. Sin embargo, eso no quiere decir que todos los niños que presenten este cuadro estén sufriendo por un acoso escolar. Antes de dar un diagnóstico al problema, es necesario que antes se investigue y se observe más al niño.

Para el agresor
En cuanto a los efectos del bullying sobre los propios agresores, algunos estudios indican que los ejecutores pueden encontrarse “en la antesala de las conductas delictivas”. También el resto de espectadores, la masa silenciosa de compañeros que, de un modo u otro, se sienten amedrentados por la violencia de la que son testigos, se siente afectado, pudiendo provocar cierta sensación de que ningún esfuerzo vale la pena en la construcción de relaciones positivas. Para el agresor, el bullying le dificulta la convivencia con los demás niños, le hace actuar de forma autoritaria y violenta, llegando en muchos casos a convertirse en un delincuente o criminal. Normalmente, el agresor se comporta de una forma irritada, impulsiva e intolerante. No saben perder, necesitan imponerse a través del poder, la fuerza y la amenaza, se meten en las discusiones, cogen el material del compañero sin su consentimiento, y exteriorizan constantemente una autoridad exagerada.

Mas sobre Jokin:

El caso de Jokin Ceberio, quien se suicidó harto del acoso escolar, fue uno muy sonado en la region vasca de España. Buscando en internet, hemos encontrado varias informaciones sobre el caso.

Jokin Ceberio Laboa sufrió, como efecto de la conducta desplegada por Odei
B. E., Iker E. R., Hasier S. F., Josu M. M., Beñat A. B., Ion T. P. y Jon U. E., un transtorno
disociativo que provocó una reacción depresiva aguda, cuya evaluación y alivio hubiera
precisado una terapia, dirigida por un Psiquiatra, para implementar las estrategias de
afrontamiento precisas para integrar emocionalrnente la traumática experiencia vivida en su
biografía vital.

Más de la conmovedora carta que escribiera Jokin antes de lanzarse al vacio en su bicicleta.


"Libre,
como el sol cuando amanece yo soy libre,
como el mar,
libre, como el ave que escapó
de su prisión y puede al fin volar
libre, como el viento que recoge
mi lamento y mi pesar
camino sin cesar
detrás de la verdad
y sabré lo que es al fin la libertad.

Con su amor por bandera se marchó
cantando una canción,
marchaba tan feliz que no escuchó
la voz que le llamó
y tendido en el suelo se quedó
sonriendo y sin hablar
sobre su pecho flores carmesí
brotaban sin cesar.

Libre,
como el sol cuando amanece yo soy libre,
como el mar,
libre, como el ave que escapó
de su prisión y puede al fin volar
libre, como el viento que recoge
mi lamento y mi pesar
camino sin cesar
detrás de la verdad
y sabré lo que es al fin la libertad."



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